En los últimos meses las empresas han comenzado a realizar las auditorías de manera remota, que son las auditorías cuyas actividades se realizan en cualquier lugar que no sea la ubicación del auditado, independientemente de la distancia.
En el caso de las auditorías remotas y las auditorías presenciales se maneja exactamente el mismo procedimiento, realizando lo siguiente:
- Presentar un programa de auditoría.
- Realizar las reuniones tanto de apertura como de cierre.
- Realización de entrevistas.
- Observación del trabajo realizado con la guía remota.
- Completando listas de verificación y cuestionarios.
- Realización de revisión de documentos con participación de los trabajadores.
Teniendo en cuenta que en ambos tipos de auditoría se realiza lo mismo, nos debemos de preguntar si la organización está preparada para recibir una auditoría de este tipo, y sobre todo qué implica esa preparación, de este modo, se comprende que el objetivo de una auditoría remota consiste en obtener evidencia objetiva para evaluarla, mediante el uso de recursos que permitan llevar adelante las actividades de auditoría, ya sea remota o presencial. Para que se pueda cumplir este objetivo es necesario que todas las personas involucradas en la auditoría conozcan, manejen y dominen la información documentada (resguardo, control y cambio), controles operacionales, y los procedimientos del Sistema de Gestión.
Es importante considerar los riesgos que se pueden presentar a lo largo de una auditoría vía remota, por ejemplo: seguridad de la información, protección de los datos, tener una buena red de internet, capacitación adecuada al personal sobre el uso de la documentación, entre otros.
El realizar una auditoría vía remota es una opción muy viable en estos tiempos de pandemia, y es importante conocer los riesgos y oportunidades que se nos presentan para estar preparados ante cualquier situación.
